Dolor muscular

Los dolores musculares o mialgias son una causa frecuente de consulta médica, pueden afectar a uno o varios músculos del cuerpo y en la mayoría de los casos tienen un carácter benigno y autolimitado. También pueden involucrar ligamentos, tendones y fascias, los tejidos blandos que conectan los músculos, huesos y órganos. Las causas que los provocan son muy diversas.
Los dolores musculares se presentan generalmente en personas de menos de 50 años que realizan actividades laborales y/o deportivas repetitivas que originan contracturas y algias musculares.

Tipos y clasificación de las mialgias
Las mialgias se clasifican en diferentes tipos según su relación con el ejercicio:

  • Dolor muscular durante el ejercicio o inmediatamente después: suele comprometer a músculos específicos y comienza durante o justo después de la actividad física que lo provoca.
  • Dolor muscular postejercicio: aparece tras 24-48h de finalizado el ejercicio. También se denominan contracturas. Su origen son los microtraumas y la inflamación. No son un síntoma de enfermedad muscular y suelen afectar a personas con falta de entrenamiento.
Etiología
Las causas más comunes de mialgias son:
  • Lesión o trauma
  • Sobrecarga
  • Tensión o estrés

Dolor muscular

El dolor articular es aquel que se manifiesta en alguna de las articulaciones o alrededor de ellas. Puede ocasionar desde una limitación en el movimiento de esa articulación hasta una incapacidad. Técnicamente se utiliza el término artralgia si no existe componente inflamatorio y artritis cuando se acompaña de inflamación en la articulación y/o tejidos adyacentes.

Clasificación del dolor articular
Según su duración, cuando dura unos días se le llama dolor agudo y si perdura durante meses o incluso años recibe el calificativo de crónico.
Por otra parte, en función del número de articulaciones afectadas puede ser monoarticular (una), oligoarticular (de dos a cuatro) o poliarticular (más de cuatro).
Basándose en sus características se divide en:

  • Inflamatorio o artritis: se caracteriza porque mejora con el movimiento y empeora con el reposo.
  • Mecánico o artrosis: al contrario que la artritis, empeora con el movimiento y mejora con el reposo.
  • Neuropático: se acompaña de hormigueo, entumecimiento y otros síntomas de afectación nerviosa.
Etiología
El dolor articular puede ser un síntoma de varias afecciones. Entre ellas se encuentran:
  • Enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide)
  • Procesos infecciosos (víricos, osteomielitis, artritis séptica)
  • Trastornos metabólicos (gota, pseudogota)
  • Alteraciones músculo-esqueléticas (bursitis, tendinitis, condromalacia rotuliana, lesiones o fracturas)
  • Enfermedades degenerativas (osteoartritis o artrosis, polimialgia reumática)
  • Enfermedades neoplásicas
También puede deberse a un esfuerzo o sobrecarga de la articulación afectada.

De todas ellas las más frecuentes son artritis reumatoide, gota o pseudogota, osteoartrosis y polimialgia reumática.

Dolor muscular

Las lesiones musculares son lesiones de la estructura muscular de nuestro cuerpo. Generalmente son dolorosas y están causadas por un exceso de esfuerzo durante la práctica deportiva, pero pueden presentarse en otros ámbitos de la vida cotidiana. La estructura del músculo está formada por la parte carnosa y la parte tendinosa, y es comparable a la de una cuerda y sus fibras. Las lesiones musculares pueden producirse en todas las fibras o en parte de ellas, y se dividen en:

1) Contractura: endurecimiento muscular debido a una contracción muscular involuntaria;
2) Estiramiento: alargamiento excesivo de las fibras musculares;
3) Desgarro: rotura de las fibras musculares.

El desgarro muscular, se puede clasificar por grados según de la cantidad de fibras afectadas:

Primer grado: se trata de las lesiones musculares de algunas fibras y se caracteriza por la presencia de dolor solamente en la fase de contracción del músculo. Dura aproximadamente una semana y no necesita ningún tratamiento.

Segundo grado: también en este caso la lesión afecta solo a algunas fibras y se caracteriza por la aparición de un hematoma y la presencia de dolor que aumenta progresivamente cada día. Se necesita un diagnóstico detallado para localizar la lesión y definir los tiempos de recuperación.

Tercer grado: es la condición más grave ya que presenta la ruptura de todas las fibras musculares. Esta etapa se caracteriza por síntomas de impotencia, dolor agudo y hematoma. Es conveniente realizar un seguimiento médico y aplicar terapias específicas.